Qué bonito es el Ampurdan… Por Dios! Qué preciosidad ahí con los juncos, los patos, el perro pelaito… aix, eso es vida! Y las tumbonas… preciosas, qué cómodas… Oye, merece la pena venir a la Masía de los Juncos en San P.P., es flipante… Qué turismo rural más bonito!

Weno, peña, animaros e invadir el Ampurdan, que se parese mucho a la Toscana y es más barato, hombre!!!! Ana Maria y Miguel.. .felicidades!